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Cambiar sin cambiar

ARTÍCULOS DE OPINIÓN

  • ANTONIO ASENCIO

    07/07/2008

 

Si la esencia de la izquierda es el cambio, el poder es lo que más puede desgastar a un proyecto de izquierdas. Sencillamente, porque el poder suele entender rápido que para que no lo cambien a él, lo mejor es no cambiar nada. Franco decía que a él le iba bien no hablando de política, y ya saben que aquellos que se declaran “apolíticos” o “sin ideología” votan masivamente al PP, que es una extraña forma de ser apolítico y pasar de todo.

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El PSOE acudía a este Congreso Federal con la engañosa tranquilidad del poder, mientras el PP, o sea, la derecha, abordó el suyo como si fuese un partido de izquierdas, es decir, realizando dolorosos cambios que, más allá de las personas, apuntan a un nuevo rumbo ideológico. De modo que el reto para los socialistas era volver a cambiar, aunque nadie se lo pidiera. Cambiar el cambio, como decían los cibernéticos o, si lo prefieren, cambiar sin cambiar, para que el cambio siga vigente.

Leire en la secretaría de organización puede ser, en efecto, un soplo de aire fresco a la, a veces, pesada carrocería orgánica del PSOE. Tiene por delante el reto de renovar y abrir el partido en regiones donde, por llevar demasiados años en el Gobierno autonómico, o por heredar baronías de los tiempos de González, la organización ha taponado a varias generaciones y ha dado la espalda a emergentes sectores sociales, como los profesionales liberales, perdiendo suelo electoral en zonas urbanas.

Junto a los cambios orgánicos, está la fortaleza de los principios ideológicos: ése es el segundo desafío. No desdibujarse. Lo peor que podría ocurrirle al Gobierno es entrar en una dinámica acomodaticia, gerencial, pragmática, donde prime el esquivar los problemas y conflictos en lugar de enfrentarse a ellos. La economía va a mandar, sí, pero no puede acaparar toda la agenda política, porque eso sería manejarse con la agenda del adversario, en lugar de imponer la propia. Las decisiones en ámbitos como la laicidad del Estado (sin concesiones, por favor, ¿ceden ellos?), una mejor ley para el aborto, la eutanasia, o una integración de los inmigrantes sin hueco para la demagogia alarmista sólo pueden ser obra de políticos, y no de gestores. Políticos de izquierdas, y valientes. Espero que este Congreso haya cargado la batería política del Ejecutivo.

Antonio Asencio es periodista.

 

 

El Gobierno creará un Observatorio de Pluralismo Cultural y Religioso

POLÍTICA

Fernández Bermejo: “El Ejecutivo debe practicar la laicidad”

El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, ha anunciado este martes la creación en esta legislatura de un Observatorio del Pluralismo Cultural y Religioso en el marco global del Plan Nacional para la Alianza de Civilizaciones, para un mejor conocimiento de esa realidad y la toma de decisiones en relación con ella. Asimismo, el dirigente socialista ha apuntado que el Gobierno se regirá por el principio de igualdad de todas las confesiones en las relaciones del Estado.

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Ha indicado también que la Dirección General de Asuntos Religiosos pasará a llamarse en breve Dirección General de Relaciones con las Confesiones. «El hábito nunca hizo al monje, pero ayuda», ha indicado en relación con el sentido del nuevo nombre de esa dirección general.

Evitar discriminación
En cuanto a la reforma de la Ley de Libertad Religiosa, Fernández Bermejo ha apuntado que se regirá por el principio de igualdad de todas las confesiones en las relaciones del Estado con ellas, para ajustarla a la realidad y que nadie sea discriminado por profesar credos minoritarios.

«Practicar la laicidad»
Desde el planteamiento «neutral» de un gobierno que «ha de practicar la laicidad», el objetivo son las relaciones constructivas con todas las religiones de acuerdo con los artículos 16 y 14 de la Constitución, ha dicho en la presentación de la memoria anual de la Fundación Pluralismo y Convivencia.

Igualdad
«Cuando hablo de igualdad hablo de que ningún ciudadano esté en inferioridad de condiciones para el ejercicio de sus creencias en relación con otro por el hecho de profesar un credo distinto», ha insistido.

IRPF
Preguntado por casos de discriminación, ha mencionado que quienes pertenecen a confesiones minoritarias no puede colaborar en estos momentos con ellas por medio del IRPF. Esa «discriminación» en comparación con los creyentes católicos «no deriva exactamente de los acuerdos con el Vaticano», ha precisado.

«Equiparación»
Según el ministro, se trata de que quien lo desee pueda colaborar con la confesión que quiera por el camino de la «equiparación», aunque se dan dificultades «técnicas» que «están impidiendo» el avance. «Hay dificultades porque no todas las religiones están organizadas igual, si existe una confesión tan jerarquizada como la Iglesia Católica, con una sola voz, la relación es más fácil», ha señalado.

Negociaciones
A pesar de que la organización de cada confesión es diferente, hay que establecer «negociaciones con cada una de ellas para avanzar en esa línea» de igualdad. No obstante, a veces el tratamiento igual de lo desigual puede conducir a una «gran desigualdad», ha matizado.